miércoles, 8 de diciembre de 2010

Para realizar tus sueños.


Foto: The sorceress, Lady Smirnoff

Asegúrate de que tu sueño sea estimulante y no inmovilizador.

¿Tienes algún sueño? Deberías, porque los sueños y proyectos de futuro le aportan energía y entusiasmo a tu vida. Pero cuidado, porque los sueños pueden ser tanto un estímulo como una trampa para el estancamiento. ¿Cómo saberlo?

Pregúntate si estás haciendo algo para realizar tu sueño, es decir, si tu objetivo está ya en proceso, o bien si lo utilizas meramente como una forma de resignación (eso es lo que me gustaría hacer, si pudiera) para justificar por qué no encuentras satisfacción en tu vida.

Un ejemplo del primer caso es cuando una niña sueña con que de mayor será actriz o periodista o médica o astronauta, y la vida que hace está llena de gestos e intenciones en esa dirección: aprende sobre el tema, empieza a practicar (hacer su sueño realidad) a la menor oportunidad, etc.

Un ejemplo del sueño-trampa es cuando una persona que vive y trabaja en la ciudad asegura que su ideal sería vivir en la montaña rodeada de caballos, pero no hace el menor gesto en esa dirección (ni en relación a la montaña ni a los caballos); o cuando asegura que su ideal de vida feliz sería vivir viajando, sin embargo, su día a día (incluso en vacaciones) es marcadamente sedentario.

Presta atención, porque el sueño-trampa te permite acomodarte en la insatisfacción y te da permiso para la queja y los fracasos reiterados (no aprender nada de la experiencia), porque acaba siendo utilizado como respuesta a todos los males.

Éstas son las cinco claves para relacionarte con los sueños que aportan felicidad a tu vida:

1. Tenerlo.
Obvio, ¿no? Del sueño te impulsa en una dirección, te motiva, le da significado a lo que haces. Y es una gran causa de alegría. Pon un sueño (o más) en tu vida.

2. Explicarlo.
Cada vez que lo cuentas, alcanzas a desarrollar más detalles, el sueño crece y toma más cuerpo, se hace más real.

3. Escribirlo.
Esto te permitirá leerlo más tarde y no olvidarlo. Escribe los detalles, el proceso, cómo afrontarás los posibles imprevistos.

4. Visualizarlo.
Tu mente es energía y tiene el poder de crear cosas. Cada vez que piensas en tu sueño, lo visualizas, le das forma y los sientes, lo haces más real. Si t emocionas con él, para ti ya es real. En la medida de lo posible, actúa como si ya lo hubieras conseguido.

5. Trabajar en él.
Ponle mucha voluntad y manos a la obra. Infórmate, fórmate, empieza a practicar cada vez que la ocasión te lo permita. Persevera cada vez que te enfrentes a una dificultad. Ponle paciencia y humildad, pero en acción. Siéntete ya quien quieres llegar a ser y actúa como actuarías una vez realizado tu sueño. Porque ya estás en él.

Más información: Raimon Solà, Cómo ser feliz cada día. Pequeño manual de inteligencia esencial. Plataforma Actual.

Artículo extraído de la revista Crece Joven

2 comentarios:

  1. Sabia e interesante exposición.
    Me gusta transitar la vida enarbolando sueños.
    Dan impulso al andar y al pensamiento.
    Tus palabras me remontaron a una frase de Cortázar : "Hay que inventarse un proyecto".
    Valiosas sugerencias .
    Por lo general pongo en práctica la segunda:Cuando quiero realizar algo de lo que no estoy absolutamente convencida ... comienzo por contarlo a los demás para descubrir sus reacciones...Una manera de autoconvencerme de que es posible.
    Poco a poco el sueño va cobrando cuerpo y energía.Para mi ése es el primer paso para convertirlo en realidad.
    Tendré en cuenta el resto.
    Besos.
    Felicidades en estas fiestas!

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  2. Inventarse un proyecto y aferrarse a él, sin titubeos. No es fácil la cosa.

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Gracias por darme tu punto de vista. Seguro que me enriquecerá.